La noche

Aquella noche fue una de las más largas para Dafne y a la vez la más deseada desde hacía varios años. Él la abrazaba como tantas noches, no se quería mover para no despertarlo, dormía plácidamente a su lado como si nada hubiera pasado, escuchaba su respiración rítmica al tiempo que pensaba por qué habría venido, serían verdad todas las cosas que le había dicho durante la cena. A pesar de todo sentía todavía algo por él, no lo entendía en todo ese tiempo había intentado rehacer su vida pero no lo había conseguido. Por la insistencia de los amigos había salido con varios chicos pero ninguno le llegaba a tocar la fibra sensible los veía como posibles amigos pero nada más no eran lo que buscaba, tal vez porque siempre los comparaban con él. Hasta que llegó un momento en el que decidió no buscar a nadie más y que si había alguien en el mundo para ella llegaría y que no tenía que ir a buscarlo deseperadamente porque ya tenía la experiencia de amigas que habían cometido ese error y las relaciones acabaron fatal. Eran las cinco de la mañana y Dafne seguía pensando en muchos temas que no la dejaban conciliar el sueño, cuántas cosas habían pasado sólo en unas horas. De repente él la abrazo más fuerte y le echó la pierna por encima, un movimiento reflejo que hacía casi todas las noches, entonces se dejó dominar por Morfeo y penso que al día siguiente descubriría lo que le pasaría con este amor que había llegado de repente del pasado.

La cena

Dafne se estaba dando sus últimos retoques de maquillaje cuando sonó el videoportero, no se lo podía creeer eran las nueve en punto y él ya había llegado a recogerla, algo había cambiado en todo ese tiempo se había convertido en puntual antes siempre llegaba media hora tarde. Lo cogió animadamente y dijo que ya bajaba. Se saludaron con un tímido beso en la mejilla y caminaron hacia uno de los restaurante favoritos de los dos, El Trastevere. La noche era perfecta la primavera ya había llegado y se podía disfrutar del olor y los contrastes de esta estación llena de vida. Dafne estaba nerviosa hacia más de cuatro años que no cenaba con él y no sabía como abordar la noche. Llegaron al restaurante y todo sucedió de una manera natural comenzaron a charlar de lo divino y de lo humano. De repente se quedó callado y la miró con esos ojos color miel que Dafne se sientió turbada y un escalofrío le subió por todo el cuerpo, él de dijo que la amaba que ahora sabía que no podía vivir sin ella que no entendía como pudo ser tan estúpido y dejar pasar a una mujer maravillosa y que le había amado sobre todas las cosas. Dafne no sabía que decir estaba nerviosa y aturdida le dijo que por favor no siguiera por ahí que en esos momentos su cabeza esta echa un lio y que necesitaba tiempo para comprender todo lo que habían sucedido en las últimas horas. Él accedió y cambio de tema recordaron sus viajes a países exóticos como aquel que hicieron a la India y lo divertido que fue cuando se montaron en los elefantes. Aquella noche fueron todo risas y recuerdos. Después de cenar él acompañó a Dafne a su casa y le preguntó si podía subir ella le dijo que sí. Hacia cuatro años que él no volvía a aquel ático que había formado parte de su vida, aunque nunca vivieron juntos pasó muchos momentos en aquel piso. Cuando entró vió que las cosas habían cambiado ya no había fotografías de él se habían cambiado por cuadros y fotografías realizadas por ella. Dafne le sirvió una copa y él le preguntó si se podía quedar a pasar la noche, ella le contestó que sí, pero que no harían nada que lo único que necesitaba para que esa noche fuera perfecta es que la abrazará y sentir de nuevo su cuerpo junto al suyo en la cama, que con ese gesto comprobaría si verdaderamente había vuelto porque la quería. Él aceptó y le aseguró que solo la abrazaría que con eso era suficiente porque la amaba y entendía sus recelos.

Primavera

Dafne se levantó aquella mañana un poco nerviosa y no tenía motivo aparente para estarlo, pero sabía que algo le iba a suceder porque siempre que tenía ese cuerpo era porque algún acontecimiento bueno o malo le iba a suceder. La última vez que lo padeció fue hacía un par de meses y los sucesos que ocurrieron le cambiaron la vida de una manera radical, era un día de primavera en el que el olor a azahar inundaba toda la ciudad, la primavera había llegado como por arte de magia después de un duro invierno. Dafne estaba dispuesta a disfrutar de una de las estaciones que más le gustaba ya que la luz, el olor y las sensaciones que se viven en primavera le permitían aumentar su creatividad y sentir por todos los poros de su piel, pero en el fondo sabía que esa primavera iba a ser distinta porque esos nervios que tenían le indicaban que algo iba a cambiar para bueno o para malo. A pesar de esa sensación se pusó sus vaqueros y una camiseta vintange y salió a pasear. A los cinco minutos de estar en la calle recibió una llamada de un número que no tenía memorizado lo cogió y rapidamente reconoció la voz de su interlocutor era él que había vuelto a la ciudad y que deseaba verla. Por unos instantes no supo que decir, ni que hacer pero el continuó hablando y ella se limitó a contestar con monosílabos y sin darse cuenta había quedado con él dentro de una hora en el parque de siempre. Se encaminó hacia aquel maravilloso parque en los que tantos momentos de amor había vivido sin saber porque iba ni lo que le podía suceder. El banco en el que se sentaban siempre estaba vacío y se dirigió hacia el mismo, se sentó y se ensimismo en sus pensamientos que fueron interrumpidos por un abrazo y un beso. Era él, estaba como siempre, olía como siempre, parecía que el tiempo no había pasado sino hubiera sido por las pequeñas canas que asomaban en sus patillas, inapreciables, pero en las que Dafne se fijo para no turbarse más de lo que estaba. Él comenzó a alagarla y a decirle que la había echado mucho de menos, que ahora sabía que a la única persona que había querido había sido a ella y que le perdonara. Dafne con una tranquilidad que hasta le sorprendía le dijo que ya lo había perdonado hacia muchísimo tiempo y que no se preocupara, pero que había sufrido mucho y que no podía llegar allí como si nada hubiera pasado, que ella lo seguía queriendo pero el amor se había esfumado después de tantos desprecios. Él le pidió que volvieran a intentarlo que estaba dispuesto a cambiar porque sabía que sin ella nunca podría ser feliz y que por favor quedaron por la noche para cenar y hablar tranquilamente. Ante aquella declaración Dafne accedió y le dijo que sólo como amigos y que no forzará la situación porque sino se marcharía. Él aceptó y juró que cumpliría todas las normas. Después Dafne comentó que se marchaba y él se ofreció a acompañarla, ella le dijo que no que tenía que acercarse a la biblioteca a consultar unos libros para ampliar un proyecto que estaba realizando y que se verían por la noche. Se despidieron y él le dijo que a las nueve estaría en su casa para recogerla. Dafne se acercó a darle un beso en la mejilla y se marchó, cuando caminaba por el parque se giró y vio como él seguía mirándola con ojos de amor. Le había engañado todavía lo amaba pero no podía mostrarse débil porque tenía que comprobar si esta vez volvía de verdad.

La mirada

En lo primero que se fijaba Dafne cuando conocía a una persona fuera tanto un hombre como una mujer era en su mirada. Cuando lo vió por primera vez por la calle con un amigo se fijó en sus ojos color miel que reflejaban ilusión, optimismo y felicidad. Se puede decir que fue un amor a primera vista porque después de aquel encuentro se repitieron otros hasta que llegó un momento en el que no podían pasar el uno sin el otro. Pero siempre Dafne estaba pendiente de su mirada, ya que para ella lo era todo, tanta era la complicidad que llegaron a tener que con sólo mirarle a los ojos sabía lo que quería, no hacían falta las palabras, era un lenguaje propio e íntimo que nadie más compartía y que les permitía poder estar rodeados de gente y saber lo que estaban pensando. Como dice el dicho popular la mirada es el reflejo del alma y como todos los dichos dicen la auténtica verdad.

Años

Habían pasado tres años de su vida sin darse cuenta prácticamente. Dafne se dio cuenta de repente que el tiempo corre y a veces se está tan ensimismada en tus problemas, deseos e intereses que no te percatas de que los días pasan. Físicamente se encontraba igual, incluso mejor que en los últimos años, pero psiquicamente había cambiado mucho, había aprendido a quererse más y a darse cuenta que era lo más importante y que tenía que luchar por reivindicarse, eso que se decia tan pronto le había costado más de un año en darse cuenta, ya que llegó un momento en su vida, en que pensó que era una persona inferior a las demás y que todo el mundo era mejor y más guapa que ella, pero gracia a Dios todo se había superado y ahora se sentía bien consigo misma y con ganas de volver a empezar de nuevo en todos los aspectos de la vida. Sabía que se iba a volver a enamorarse y que esa persona que tanto amó ya no iba a estar más en su vida porque lo había echado definitivamente de ella, aunque lo mismo podría aparecer algún día otra vez pero la verdad eso no le preocupaba porque tenía claro lo que quería y él no representaba sus anhelos actuales.

Maternidad

A Dafne nunca le habían interesado los hijos, siempre había antepuesto otros asuntos antes que la maternidad, además siempre le decía a sus amigas, que nunca había sentido el reloj biológico y que todavía había tiempo para ser madre. Pero últimamente no entiende lo que le pasa, cada vez que ve un niño pequeño le hace tonterías y disfruta con ello y cuando se encuentra con una mujer embarazada se alegra por ella y siente una pequeña envidia de no ser ella la que lleve un ser en su interior y de no sentir una vida nueva que se está gestando dentro de ella. Dafne sabe que un hijo es la mayor prueba de amor entre dos personas y que un hijo hay que tenerlo con una persona muy especial, por ahora esa persona no la ha encontrado, durante un tiempo existió pero las circunstancias no eran las ideales para tener hijos, porque para ello hay que estar seguro al cien por cien y ninguno de los dos lo estaba en ese momento. Pero Dafne sabe que tendrá hijos y que será una buena madre porque es uno de sus mayores anhelos en la vida.

Madison

Dafne volvió a ver los Puentes de Madison, una película que siempre le hacía llorar. Una historia de amor de tan sólo cuatro días que hacía que cambiará la vida de sus protagonistas para siempre, después de aquellos cuatro días no se vuelven a ver más, ni comunicarse, pero no importa porque todo está en su corazón y su alma. Cuatro días que le permitirá a la protagonista seguir con su marido hasta la muerte de éste, porque sabía que tenía un amor verdadero aunque no pudiera disfrutarlo. Dafne la entiende perfectamente porque ella vivió ese amor verdadero e intenso y aunque ha rehecho su vida, cuando se siente triste se acuerda de aquel amor y le sirve para volver a seguir para adelante. El amor auténtico puede durar toda la vida o sólos unos días como en esta película, pero permanece siempre en nuestro recuerdo. Lo importante es por lo menos sentirlo una vez en la vida.

Feria

Dafne escuchó ruido y se asomó a su balcón, sin darse cuenta el tiempo había pasado y había llegado la feria de nuevo a su ciudad, unas fiestas que cada vez soportaba menos, ya que parecía que todo el mundo tenía que ser feliz en esos días y olvidar todas las cosas negativas que reinan en el alma de cada uno. Miro a la gente, chicas vestidas de gitana, caballistas, gente mayor con la mejor sonrisa, matrimonios jóvenes con sus hijos pequeños y pensó que cada una de esas personas tendría sus propias dudas internas y sus sufrimientos, pero que se ponían la careta para que nadie descubriera lo que estaban pasando en su interior. De repente sonó su móvil era un amigo para quedar y disfrutar de la feria, aunque no le apetecía mucho le dijó que sí, por qué no ella también se pondría su careta de felicidad y saldría a la calle a disfrutar de esa fiesta veraniega.

Nervios

Hacia tiempo que Dafne no sentía ese hormigueo en el estómago tan especial, pero lo identificó rápidamente eran los nervios típicos que se sentían antes de la primera cita, hacía más de diez años que no se encontraba en esa situación, pero ahora se tenía que enfrentar a ello, en su cabeza se mezclaban el miedo y la ilusión, pero sabía que todo saldría bien. Lo había conocido a través de un amigo en el trabajo y habían charlado un rato, al par de semanas coincidieron una noche en un bar y se intercambiaron los teléfonos y el mesenger y después de un mes hablando casi a diario, le había dicho de tener una cita en toda regla. Dafne estaba ilusionada, no sabía lo que podía pasar, pero sabía que con esta cita cerraba un periodo de su vida que había estado marcada por la tristeza y la soledad. Desde que él la dejó aquella noche de primavera no había vuelto a estar con nadie y es que ni siquiera lo había intentado. Ya era hora de rehacer su vida y de volver a tener la ilusión y los nervios por conocer a una nueva persona.

Pasión

Dafne miró la cama deshecha y recordó lo que había pasado sólo hacía un par de horas. Estaba tan tranquila en casa cuando él llegó como si nada a recoger sus pertenencias. El último encuentro había sido muy doloroso, ya que los reproches dominaron la conversación, por lo que ella le dijo un tímido hola y se marchó hacia la biblioteca, al cabo de unos minutos él entró para decirle que se marchaba y que las cosas que le quedaba las recogería en la próxima semana y que le dijera que día no estaba en casa para no tenerse que encontrar, mientras que él hablaba ella lo miraba tiernamente sin saber que decir, porque a pesar de todo sentía un gran amor, pero parecía que un abismo separa esos dos cuerpos que estaban a tan solo un metro de distancia. De repente cuando Dafne iba a decir que el martes no estaría en casa, sintió como él la cojía entre sus brazos y le daba un apasiondo beso, sin capacidad de reacción ella se lo devolvió y volvió a pasar lo de siempre, comenzaron a hacer el amor apasionadamente como si nada hubiera pasado. Después sin mediar palabra él volvió a colocar su ropa en el armario. Era la enésima vez que lo dejaban que él se marchaba pero otra vez había caido en manos de la pasión, mientras miraba esa escena se preguntaba por qué no podían estar juntos, ni tampoco separados. Existía algo entre los dos indestructible, pero recordando la última escena de Lo que el viento se llevó pensó Ya lo pensaré mañana, porque mañana será otro día.

Ilusión

La ilusión al igual que la esperanza nunca se tienen que perder, ya que son valores que deben dominar nuestra vida para poder seguir avanzando y superándonos. Me han pasado muchas cosas negativas en mi vida, pero nunca he perdido la esperanza, ni la ilusión, porque se que me esperan momentos mejores y que otra vez llegaré a conseguir nuevas metas que me he marcado. Además desde pequeña me han dicho que de los sufrimientos y de los malos momentos siempre se aprende algo y que se sale más fuerte y es verdad. Después de cada situación difícil salgó fortalecida mentalmente y con más ganas de seguir con esta vida que Dios me ha dado y que quiero aprovechar al máximo. Que viva la ilusión, algo que nunca se debería de perder porque para mi uno de los momentos más hermosos es cuando veo a un niño con una cara de ilusión cuando ven a los Reyes Magos.

Felicidad

La felicidad la mido en pequeños momentos, en acontecimientos que me ocurren que me hacen sentir distinto. Hoy me siento feliz y la verdad es que no tengo muchos motivos, porque las cosas no me van muy bien, pero sí me siento bien conmigo mismo, porque me he dado cuenta de muchas cosas y de nuevos sentimientos que me permiten olvidar ciertos asuntos que creo que me hacían daño. Todo está en nuestra mente, sólo hay que dominarla, y hoy lo he conseguido, así que me siento feliz, espero que me dure bastante.

Fenomenal

Aunque parezca Belén Estebán me encuentro fenomenal, desde que tomé la importante decisión de dejar esta relación que no llevaba a ninguna parte me encuentro llena de energía y con ganas de encontrar a alguien que llené un espacio que desde hace tiempo está vacío, porque aunque estuviera con él, ya no formaba parte mi, éramos como dos extraños queriendo recuperar algo irrecuperable. El otro día por fin se cayó la venda que durante tanto tiempo ha tapado mis ojos y me dí cuenta que la vida sigue y que él ya no formaba parte de mi vida. Pero lo mejor de todo es que no quiero que nunca más vuelva a estar en ella. Me encanta haber llegado a esta conclusión porque me siento liberada, estoy en otra onda, con ganas de comenzar de nuevo, de comerme el mundo, de conocer hombres interesantes que se involucren en mi vida y yo en la de ellos. Hoy es el comienzo de una nueva vida y de verdad. Ahora me toca a mi disfrutar.

La despedida

Después de mucho tiempo ayer me dí cuenta que tenía que cerrar un periodo de mi vida que llevaba demasiado tiempo abierto, una historia que tenía que haber terminado hacía siglos y que los dos nos empeñabamos en continuar, sabiendo que no iba a ninguna parte. Una historia que nos hacía daño a los dos, ya que muy a menudo nos reprochabamos cosas del pasado y eso no es bueno para una pareja o lo que fueramos. Tomé la decisión hace algunos días pero me aferraba al pasado y no me atrevía a comunicarselo, pero ayer me llené de valor y se lo dije, cuando me escuchó se quedó sorprendido y al mismo tiempo aliviado porque desde hacía mucho tiempo estaba deseando que pasará pero no se atrevía a decirmelo porque sabía que me haría daño. Por fin todo se ha terminado, cuando se acaba algo entre dos personas que se han amado con pasión y devoción no cabe la posibilidad de una amistad porque aunque uno se empeñe en intentarlo es imposible. Tal vez con el paso de los años, que todo lo curan, consiga poder volver a hablar con él sin sufrir ningún tipo de daño. A pesar de todo siempre lo llevaré en el corazón y le desearé lo mejor porque para eso ha sido muy importante en mi vida.

La llamada

Siempre estoy esperando una llamada de teléfono, la de una amiga, la de mi madre, la de mi hermana, la de mi abuela, la de mi tía y todas llegan, menos una, la de él. Dejó hace mucho tiempo de llamarme, no sé por qué, seguiamos manteniendo nuestra comunicación a pesar de la distancia, pero un día dejó de llamarme y hasta ahora. De eso hace ya varios meses y todos los días me levantó pensando que me llamará. Soy una persona insistente y de vez en cuanto lo llamó a su móvil, pero no me lo coje. Le mando mensajes que nunca obtienen respuesta. A veces pienso que ya se ha olvidado completamente de mi y que no le intereso para nada y otras creo que sólo es un periodo de tiempo que se ha tomado para reflexionar y comprender sí verdaderamente lo nuestro ha tenido y tiene sentido. Nadie se da cuenta, pero cada vez que suena mi móvil mi corazón se acelera porque pienso que es él, pero cuando veo el nombre de la persona que me llama vuelve a su ritmo normal. Tengo la esperanza de que algún día me vuelva a llamar, pero no sé lo que le diré, ya lo pensaré en el momento que descuelgue el teléfono.

Pasear

Me encanta pasear, es la mejor manera de descubrir una ciudad, conoces sus rincones, su esencia, su gente, te integras en ella y sino llevas la típica pinta de turista puedes pasar como uno más de esa ciudad. En Berlín me pasó eso, pasear por sus impresionantes avenidas, todas superlimpias y anchas, me hizo sentirme feliz después de mucho tiempo, porque volvía a estar con él. Se marchó de mi vida un día casi sin avisar y ahora había irrumpido de nuevo como un huracán y yo me estaba dejando llevar como un naufrago en mitad de la corriente. No quería pensar sólo sentir, demasiado tiempo había perdido por pensar tanto en el futuro, como se suele decir me lie la manta a la cabeza, y acepté su invitación a Berlín, fueron unos días maravillosos donde recuperamos el tiempo perdido y donde me dí cuenta que pasara lo que pasara eramos dos almas que permanecerían unidas a pesar de que alguna vez la distancia se interpusiera entre ellas. Ahora dos meses después sueño con él otra vez porque el destino me lo ha arrebatado pero se que volverá a mi camino.

Berlín

Hace un par de meses tuve la suerte de viajar a Berlín, una ciudad que al descubrirla me fascinó, a pesar de haber pasado ya 20 años del derribó del muro que dividió a esta ciudad, todavía se puede notar las diferencias entre la zona que fue comunista y la capitalista. Es una ciudad de contrastes tanto en los edificios, como en los paísajes y en las personas. La puerta de Brandenburgo se increible y tuve la oportuniad de bailar delante de ella con una persona muy especial, fue algo que surgió escuché música y nos cogimos y nos pusimos a bailar hacia tiempo que no bailaba con él y fue maravilloso, ahora recuerdo como un día hace ya muchos años yendo por la carretera sonó una canción que nos gustaba, paró el coche y en medio de la cuneta nos pusimos a bailar, cada vez que lo recuerdo me ríó, porque fue un momento con mucho encanto. Siguiendo con Berlín la comida también me encantó y probé todos los platos típicos alemanes y por supuesto las salchichas. También acudí a un campo de concentración y conocí in situ lo que pasaron los prisioneros, ya que no sólo fueron judíos, sino gitanos, homosexuales o comunistas los que sufrieron el exterminio nazista. Lo que más me impresionó fue ver lo que quedaban de las cámaras de gas. Esta visita te remueve el cuerpo y te hace pensar lo maligno que puede llegar a ser el hombre. Sin dudarlo volvería de nuevo a esta ciudad.

La muerte

La muerte es algo que todos tenemos escrito en nuestro destino. Nadie se puede librar de ella está ahí en nuestra espalda acechando el momento que está reservado para cada uno, porque algo que tengo claro desde hace muchos años es que cada uno tiene escrito el día que va a morir pero no lo sabemos porque sino seriamos incapaces de vivir y de disfrutar de las maravillas que nos da la vida. Esta mañana me he levandado con la noticia de la muerte de una persona a la que conocía que se ha ido porque no ha sido capaz de superar la muerte de su hijo que falleció hace un mes en un accidente de tráfico. Por desgracia la muerte ha estado presente en mi vida y he tenido que superar mucho momentos de dolor y de desesperación, momentos en los que no sabes como vas a poder seguir para adelante sin esa persona que tanto necesitas, pero se tiene que ser fuerte y luchar, porque en definitiva la vida es luchar contra las adversidades y contra uno mismo para seguir en este mundo hasta que la muerte con su guadaña se acerque a nuestro lecho. Espero que la muerte no se acuerde de mi, ni de mi familia, ni amigos durante muchos años para disfrutar de esta vida, que a veces de hace daño pero que la verdad que quiero vivirla con todas sus consecuencias.

Amnesia

Sería maravilloso tener anmesia para poder olvidar momentos de nuestro pasado que nos hacen daño y no volverlos a recordar. Sabemos que están ahí en el fondo del pozo de nuestra mente y que no queremos que salgan a flote, pero no sé por qué motivo cada cierto tiempo emergen para dominar nuestro pensamiento y tranquilidad y como si de un huracán se tratara remueven lo más produndo de nuestro ser y nos convierte en irracionales y capaces de enloquecer. Pero después de la tormenta llega la calma, y cuando ese recuerdo vuelve a lo más hondo del pozo la vida vuelve a verse de otro color y se recapacita, pensando que todo tiene solución. Me encantaría tener amnesia y no recordar muchos aspectos de mi vida, ya algunos están completamente olvidados y nunca salen de ese pozo, ahora tengo que conseguir que los que me turban y me hacen sufrir se queden ahí para siempre y no salgan más porque lo importante es que yo esté bien y lo demás no me debe de importar.

Cine

Anoche vi por primera vez Cinema Paradiso. La verdad es que tenía muchas ganas de verla y me la prestó mi amigo Blas. Me encantó, ya que el amor al cine permitió que un joven se convirtiera en un gran director. En esta película se describe toda la pasión, las emociones y sueños que cumplía el cine en una época en la que no había otra diversión y el cine se convertía en el momento de escape y de evasión. Esta película me hizo recordar mi niñez cuando acudía todos los miércoles de verano al cine Ideal a ver la película que pusieran. Me acuerdo de esa magnífica entrada y como cuando llegabas allí estabas preparada para vivir historias increíbles. Pero como ocurrió con muchos cines en la década de los 90 tuvo que cerrar, para mi fue una gran tristeza porque se clausuraba una parte de mi vida infantil y juvenil en la que había visto películas que me marcarían el resto de mi vida. Con el paso de los años conocí a la familia propietaria de este magnífico cine y se han convertido en una parte muy importante de mi vida. Gracias al cine que me ha dado tanto momentos de felicidad, que ahora añoro.

Juventud

Anoche volví a ver Dulce pájaro de juventud, después de muchos años. Esta magnífica película me hizo recapacitar de nuevo. Cuando eres joven antepones el triunfo, la avaricia, llegar a ser alguien al amor y todo porque sabes que el amor verdadero lo has encontrado y que te esperara para siempre pase lo que pase. Con esta película llegas a sentir el agobio que siente Chance al debatirse entre seguir con su amante, una actriz alcohólica en decadencia para llegar a ser un actor famoso, o luchar por reconquistar a su antigua novia, Heavenly, que sufe el acoso y maltrato de un padre todo poderoso y el cacique del pueblo. Después de muchas angustias Chance decide luchar por el amor de su novia y lo consigue. A veces he antepuesto algunas cosas al amor y ahora me arrepiento. En la situación que me encuentro es claramente por eso, si no hubiera sido tan racional estaría con él como hace unos meses, pero antepuse ciertos aspectos y le pedí tiempo, cosa que no entendió. No se si volveré a luchar por él o él por mi. El tiempo lo dirá, aunque la juventud se nos está ya escapando de las manos.

Hamacas

El verano es la estación dedicada al ocio, en estos meses se premia y se potencia que la población descanse, disfrrute de las vacaciones y que en definitiva dedique todo su tiempo al ocio. Este fin de semana ha sido de lo más ocioso para mi, sobretodo porque me he pasado la mayoría del tiempo tumbada en una hamaca mientras disfrutaba de la playa, durante mi relax veraniego la mente fantaseaba con historias románticas en playas desiertas con la persona amada. Pero el verano también es tiempo de barcbacoas así que los momentos en los que no he estado tumbada he estado comiendo pinchitos, hamburguesas, chorizos y costillas, sin olvidar las maravillosas gambas. Por lo que este fin de semana lo podría titular parafraseando una mítica película como Hamacas, sueños y barbacoa.