jueves, 13 de agosto de 2009

Pasión


Dafne miró la cama deshecha y recordó lo que había pasado sólo hacía un par de horas. Estaba tan tranquila en casa cuando él llegó como si nada a recoger sus pertenencias. El último encuentro había sido muy doloroso, ya que los reproches dominaron la conversación, por lo que ella le dijo un tímido hola y se marchó hacia la biblioteca, al cabo de unos minutos él entró para decirle que se marchaba y que las cosas que le quedaba las recogería en la próxima semana y que le dijera que día no estaba en casa para no tenerse que encontrar, mientras que él hablaba ella lo miraba tiernamente sin saber que decir, porque a pesar de todo sentía un gran amor, pero parecía que un abismo separa esos dos cuerpos que estaban a tan solo un metro de distancia. De repente cuando Dafne iba a decir que el martes no estaría en casa, sintió como él la cojía entre sus brazos y le daba un apasiondo beso, sin capacidad de reacción ella se lo devolvió y volvió a pasar lo de siempre, comenzaron a hacer el amor apasionadamente como si nada hubiera pasado. Después sin mediar palabra él volvió a colocar su ropa en el armario. Era la enésima vez que lo dejaban que él se marchaba pero otra vez había caido en manos de la pasión, mientras miraba esa escena se preguntaba por qué no podían estar juntos, ni tampoco separados. Existía algo entre los dos indestructible, pero recordando la última escena de Lo que el viento se llevó pensó Ya lo pensaré mañana, porque mañana será otro día.

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