sábado, 13 de marzo de 2010

Reencontrarse

Ayer después de varios meses volví a escribir por gusto y no por obligación. Fue una experiencia gratificante y me sirvió para evadirme de tanto trabajo y estudios, últimamente solo hago esas dos cosas pero espero que en los próximos meses pueda volver a practicar mis aficciones espero que todo el esfuerzo que estoy haciendo merezca la pena.

lunes, 2 de noviembre de 2009

Regreso

He tenido un mes de octubre muy agitado por temas laborales, personales y de estudio, así que he tenido olvidado este espacio de mi vida que me permite expresar mis ideas literarias y escribir una pasión que tengo desde pequeña y a la que me acerco a diario por mi profesión pero la escritura como crecimiento personal es la que me gusta. A petición de un gran amigo escribo estas líneas y espero que este mes pueda seguir narrando la historia del reencuentro de Dafne.

martes, 13 de octubre de 2009

El despertar

Dafne se despertó y estaba abrazada por él. Su mente sólo podía pensar por qué había ocurrido aquello, aunque había sido maravilloso volver a sentir sus manos y su piel, era todo demasiado rápido había pasado mucho tiempo y aunque hubieran estado muchos años juntos ahora eran como dos desconocidos porque había aspectos de la vida de su vida que desconocía. Pero al mismo tiempo su corazón estaba pletórico estaban de nuevo juntos no lo podía entender había sufrido mucho durante su ausencia pero el amor es así imprevisible, emocionante y en unos segundos se puede perdonar y olvidar todo tipo de desagravios. Él se despertó la beso en el cuello y le dijo que era muy feliz que hacía años que soñaba con despertarse con ella al lado y sentir su calida piel que le transmitía una gran seguridad. Dafne no supo que contestar y él la volvió a besar esta vez en los labios. Le volvió a pedir perdón ya que había sido un error anteponer su profesión al amor, ya que se había dado cuenta que el amor es lo más importante en la vida y que cuando se conoce a la persona perfecta no se la puede dejar marchar como él había hecho y ahora se arrepentía y por eso quería recuperar todo el tiempo perdido. Dafne le contestó que ella también tuvo la culpa ya que no se quiso marchar con él por motivos laborales, así que ambos habían sido idiotas y que durante años habían pagado las consecuencias, así que ya era hora de darse una segunda oportunidad y volver a ser felices.

domingo, 20 de septiembre de 2009

El reencuentro

Dafne pasó toda la mañana enfrascada entre cientos de papeles estaba preparando una nueva investigación. Sólo el sonido del móvil la sacó de su mundo. Era él para recordadle que se veían por la tarde. Le dijo que sí y que recogería su coche, le comentó que se pasaría sobre las nueve porque tenía que hacer cosas por el centro. Sin darse cuenta las horas pasaron y Dafne estaba de nuevo delante de la puerta del apartamento de él, esta vez tenía que llamar ya que hacía mucho tiempo que ya no tenía las llaves. Respiró a fondo y tocó, le abrió con una amplia sonrisa y le dijo que se había permitido el lujo de prepar la cena y le dijo que no podía rechar su invitación. Dafne aceptó con una sonrisa y comenzaron a cenar durante la velada regada con un exiquisito rioja hablaron de los últimos años de sus vidas para ponerse al día y de repente sin darse cuenta él le besó el cuello Dafne se estremecio y no dijo nada y después pasó a darle un beso en los labios al que ella respondió apasionadamente. Él la cogió en brazos y la llevó hacia el dormitorio.

viernes, 4 de septiembre de 2009

El zoo

Cuando Dafne llegó a casa después del largo día se tumbó en el sofá porque necesitaba descansar. Él la había dejado en casa y le había dicho que mañana fuera a recoger su coche, que estaría durante toda la tarde en su casa y que a ella no le haría falta el automóvil por la mañana, ya que iba a la biblioteca. Dafne pensó que estaba dispuesta a pasarlo bien a olviar todo lo que había pasado. La vida le ofrecía otra oportunidad y la iba a aprovechar. Nunca podía haberse imaginado que se lo pasaría tan bien en el zoo. Estuvieron todo el día viendo animales, haciéndose fotos con ellos, disfrutando del espectáculo de los delfines. Disfrutaron como dos niños pequeños sobre todo cuando vieron al orangutan tirado en el suelo y tapándose la cabeza con un papel de periódico para que no le diera el sol. Durante toda la jornada hubo risas, abrazos, fotos, en definitiva instantes que provocaron algún que otro beso, pero después de los cuales no dijeron nada y continuaron con su visita. Ahora que estaba en casa Dafne pensaba lo bien que lo pasaba con él, lo a gusto que se encontraba, parecía que el tiempo no había pasado y que los años de ausencia se habían convertido solo en unas horas. Estaba tranquila y un poco ilusionada, él parecía que ahora quería otra cosa, ya no le interesaba tanto sus proyectos en el extranjero, ahora quería volver a casa y eso significaba volver con ella. Dafne recordó los últimos días antes de su partida, las discusiones, las peleas, las suplicas por parte de él para que se marchara con ella a Nueva York, ya que era muy importante para él ese ascenso en el trabajo, iban a ser solo unos años y después regresarían a casa, pero Dafne en aquel momento a pesar de que lo amaba decidió quedarse porque sus proyectos de investigación era también muy importantes para ella. A pesar de que le dolía con todo el corazón tenían que separarse, él no lo entendió y le dijo que ya no quería saber nada más de ella y así había sido durante cuatro años no habían mantenido comunicación alguna, ni por teléfono, ni internet y Dafne había sufrido con toda su alma aquella separación.
En estos años más de una vez se arrepintió de no irse con él pero ni siquiera se atrevió a llamarlo para decirselo porque imaginaba que ya habría rehecho su vida, pero por lo que parecía estaba solo igual que ella, así que ahora tenía que estar tranquila y esperar acontecimientos, sabía por propia experiencia que los nervios no eran buenos.
Después de descansar Dafne llenó su bañera y se dispusó a darse un largo baño de espuma, sabía que mañana lo volvería a ver por la tarde, así que no lo llamaría ni nada para que no pensará que era una impaciente, ni que estaba deseando escuchar su voz.

martes, 1 de septiembre de 2009

El beso

Con un dulce y tierno beso en la mejilla se despertó Dafne se encontraba todavía sumida en su tranquilo sueño y no sabía si era real o de ficción. Abrió lentamente los ojos y lo vio ahí a su lado mirándola como si fuera la primera vez que la veía despertarse. Su cara indicaba emoción, ternura y un gran amor. Lo miró porque no se lo podía creer era todo cierto lo que le había pasado el día anterior no había sido un dulce sueño. Sin pensarlo le devolvió el beso y se dijo un tímido buenos días. Era domingo y él la animó a que se vistiera de forma cómoda y que fueran a desayunar fuera, pero antes tendrían que pasar por su casa para cambiarse de ropa, le comentó que a pesar de tiempo que había estado fuera seguía manteniendo su apartamento. Dafne se levantó rápidamente de la cama y se enfundó unos vaqueros y una camiseta. Dafne sugirió que mejor iban en su coche ya que había bastante distancia entre las dos casas. Bajaron al parking y él se sorprendió al ver que tenía un nuevo coche, un mini, sabía que era el coche de sus sueños, al verle la cara Dafne le dijo que era un capricho, que después de lo que pasó se había dado cuenta que había que disfrutar la vida y se lo había comprado. Estaba nerviosa hacia cuatro años que no pisaba esa casa y pensó que estaría igual, ya que había permanecido cerrado todo ese tiempo. Cuando él abrió la puerta se dio cuenta que en esa casa no había pasado el tiempo, sus fotografías seguían estando en el mismo sitio y sus regalos también. Él le dijo que no tardaría nada en cambiarse, que mientras que se sentará pero Dafne no podía sentarse estaba alucinada era como volver al pasado, recorrió cada metro de aquel salón en el que había sido tan feliz y recordó demasiados momentos que pensó que ya estaban enterrados. Él regreso rápido de la habitación y le dijo que no podían perder el tiempo que tenía un amplio programa de actividades y que tenían que cumplirlo a rajatabla, le dijo que dejará su coche en su plaza de garaje y que irían en su todoterreno. Dafne no sabía que contestar demasiados emociones en muy poco tiempo, le dijo que iban a desayunar y él le contestó que todo había sido una excusa para sacarla de su casa, que ahora se preparara para un domingo inolvidable.

lunes, 31 de agosto de 2009

La noche

Aquella noche fue una de las más largas para Dafne y a la vez la más deseada desde hacía varios años. Él la abrazaba como tantas noches, no se quería mover para no despertarlo, dormía plácidamente a su lado como si nada hubiera pasado, escuchaba su respiración rítmica al tiempo que pensaba por qué habría venido, serían verdad todas las cosas que le había dicho durante la cena. A pesar de todo sentía todavía algo por él, no lo entendía en todo ese tiempo había intentado rehacer su vida pero no lo había conseguido. Por la insistencia de los amigos había salido con varios chicos pero ninguno le llegaba a tocar la fibra sensible los veía como posibles amigos pero nada más no eran lo que buscaba, tal vez porque siempre los comparaban con él. Hasta que llegó un momento en el que decidió no buscar a nadie más y que si había alguien en el mundo para ella llegaría y que no tenía que ir a buscarlo deseperadamente porque ya tenía la experiencia de amigas que habían cometido ese error y las relaciones acabaron fatal. Eran las cinco de la mañana y Dafne seguía pensando en muchos temas que no la dejaban conciliar el sueño, cuántas cosas habían pasado sólo en unas horas. De repente él la abrazo más fuerte y le echó la pierna por encima, un movimiento reflejo que hacía casi todas las noches, entonces se dejó dominar por Morfeo y penso que al día siguiente descubriría lo que le pasaría con este amor que había llegado de repente del pasado.